Todo comienza con la leyenda de la Virgen de la Balma, en la que se cuenta que, una mañana de 1308, un pastor de la localidad de Zorita del Maestrazgo, al que le faltaba un brazo, caminaba con sus ovejas cerca de la balma (cavidad subterránea, cuyo nombre es de origen celta). Entonces, como por arte de magia, la Virgen apareció ante sus ojos envuelta en un halo de luz. Esta le pidió al hombre que avisara a los habitantes del pueblo para que buscaran en el interior de la cueva una imagen suya, oculta desde que los musulmanes invadieron la zona. En ese mismo lugar, debían erigir un templo para venerarla. A cambio, ella protegería toda la comarca. Dicho esto, la Virgen desapareció y, milagrosamente, el pastor recuperó su brazo. Así que se dirigió al pueblo y contó lo sucedido. Los vecinos encontraron la imagen y la trasladaron a la parroquia del pueblo, pero al día siguiente, la imagen había desaparecido y comprobaron que había vuelto a su lugar de origen. Decidieron, entonces, empezar a construir el templo donde la Virgen fue hallada.

Pero la fama del Santuario de la Virgen de la Balma no se la dio la aparición mariana. Más bien fueron los “milagros” que, posteriormente, a finales del siglo XVIII, dicen que se produjeron. Gente de todas partes acudía a ver a la Virgen milagrosa, pues se decía que curaba a los locos y poseídos por el demonio. Se hacen romerías y exorcismos bajo la supervisión del sacerdote de turno, con el permiso de la autoridad católica competente. Pero, cuando se prohíben a finales del siglo XIX, hacen su aparición hechiceros, brujas (las famosas Caspolinas) y demás oportunistas que, aprovechándose de analfabetos y gente de poco poder adquisitivo y/o manipulable, montaban auténticos espectáculos con terribles exorcismos de manera clandestina. Las supuestas endemoniadas, pues no hay constancia de que ningún hombre pasara por las manos de las brujas, no eran más que mujeres con enfermedades mentales, como esquizofrenia, o con epilepsia, pero por aquel entonces todo eran posesiones y locura.

El Santuario de la Virgen de la Balma es una curiosa ermita de estilo renacentista, perteneciente al municipio de Zorita del Maestrazgo, en Castellón. Está integrada en la pared rocosa de la ladera del Monte de La Tossa y frente al cauce del río Bergantes. A lo largo del siglo XVI, se ampliaron las dependencias del templo y, ya en el siglo XVIII, en el pleno apogeo de las celebraciones exorcizantes, se construyó la llamada sala de las danzas. Las donaciones que se iban entregando sirvieron para seguir construyendo estancias y reformar las que iban sufriendo los estragos del paso del tiempo. La Guerra Civil acabó con los exorcismos y, desgraciadamente, con la imagen original de la Virgen, desaparecida durante los saqueos sufridos durante la contienda, y que fue sustituida por una nueva, obra de Joan Porcar.

En 1979, el Santuario de la Virgen de la Balma, fue declarado Monumento Histórico Artístico y, en 2007, Bien de Interés Cultural.

Actualmente, la construcción está compuesta por la propia iglesia y una hospedería con un restaurante abierto al público que, evidentemente, fue adaptado mucho después, como consecuencia de los miles de visitantes que cada día recibía el edificio.

Lo primero que nos encontramos cuando visitamos el lugar es la Cruz Cubierta, una cruz de piedra bajo un templete, bajo cuya cúpula pueden verse unos frescos bellísimos de Juan Francisco Cruella, en 1860.

Para acceder al Santuario de la Virgen de la Balma, es necesario subir un buen tramo de escaleras, que llevan directamente a la amplísima Hospedería. Después, y tras atravesar un pasillo exterior, estaremos frente al acceso a la iglesia, que no deja indiferente a nadie, pues su bajo techo de roca hace evidente dónde nos encontramos.

Zorita del Maestrazgo, celebra sus fiestas a partir del 6 de septiembre en honor a la Virgen de la Balma. El día 8 se celebra la tradicional Romería al Santuario, en la que los romeros salen a primera hora camino del Santuario de la Virgen de la Balma, acompañados del sonido del tabalet y la dulzaina, y de diferentes danzas populares. Una vez llegan a la Cruz Cubierta, aparece la figura del diablo (Dimoni de La Balma), que no deja que la procesión avance, representando así la Lucha del Bien y del Mal, en la que el Bien sale victorioso y los romeros pueden continuar su camino hasta el Santuario.

La visita al santuario es gratuita y, como mencionamos antes, en el interior hay un restaurante donde la comida es totalmente casera y sus precios son bastante asequibles. Aunque lo mejor de todo son las vistas y la tranquilidad de un entorno misterioso y mágico, enclavado al norte de la Comunidad Valenciana.