Valladolid es una ciudad que ha visto proclamar rey de Castilla a San Fernando, que fue testigo de la unión de los Reyes Católicos y del nacimiento de Enrique IV, Felipe II, Felipe IV y Ana de Austria. También es la ciudad en la que Cervantes terminó el Quijote o donde estudió Quevedo. Valladolid presume, además, de tener un rico conjunto histórico compuesto por palacios, plazas, iglesias y museos. El museo más importante de la ciudad es el Museo Nacional de Escultura, siendo uno de los más singulares de Europa y uno de los más antiguos de nuestro país.

El Museo Nacional de Escultura fue fundado en 1842 e instalado en el Colegio de Santa Cruz, donde se exponía ya una extensa colección de unas 1000 pinturas y alrededor de 200 esculturas. Aunque empezó siendo el Museo Provincial de Bellas Artes, en 1933, la II República lo elevó a Museo Nacional de Escultura y gracias a las donaciones de particulares y compras por parte del Estado, la colección fue aumentando tanto que tuvo que ser trasladada al Colegio de San Gregorio. Este edificio data del siglo XV y su fundador, el dominico Alonso de Burgos, estableció aquí un centro de estudios teológicos de la orden dominica. También se celebraron debates de gran importancia. Otros usos que se le ha dado a este edificio van desde una prisión, pasando por un Instituto de Bachillerato, una Escuela de Derecho, una de Maestros, hasta una cochera para tranvías. Todo esto sin perder su esencia y estructura original.

Orson Welles quedó tan maravillado con el Museo Nacional de Escultura que decidió rodar una de las escenas de su película Míster Arkadin, concretamente el famoso y multitudinario baile de máscaras, en el Colegio de San Gregorio.

En los años 80 el museo fue restaurado totalmente, mejorando infraestructuras, añadiendo recursos y equipamientos y adquiriendo nuevos inmuebles. Este proyecto recibió el Premio Nacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en 2007.

Actualmente, el Colegio de San Gregorio es solo una de las dos sedes de la exposición permanente del Museo Nacional de Escultura, donde se exponen las obras de los grandes artistas españoles de la escultura de madera policromada de los siglos XV a XVIII. La segunda sede es el Palacio de Condomar, más conocido como la Casa del Sol, un palacio renacentista situado en la misma calle que, junto con la capilla familiar, la Iglesia de San Benito el Viejo (siglo XVI), dejó de ser residencia privada en el siglo XIX para convertirse en parte del proyecto de restauración del Museo Nacional de Escultura.

Es precisamente en la Iglesia, que fue capilla familiar, donde se encuentra la colección del museo Nacional de Reproducciones Artísticas dedicada a las reproducciones realizadas entre los siglos XIX y XX.

Por último, justo frente al Colegio de San Gregorio, se encuentra el Palacio de Villena, una mansión de la aristocracia renacentista, en cuyo interior aún se conserva gran parte de su patio de doble altura, con arcos de medio punto. Esta sede está destinada a exposiciones temporales y alberga el salón de actos y la biblioteca, entre otros. Además, se exhibe un Belén Napolitano que procede de la colección de objetos que los hermanos García de Castro reunieron durante años y que, después, fueron adquiridos por el Ministerio de Cultura en 1996.

Las colecciones que reúne el Museo Nacional de Escultura son:

· Escultura española de la Edad de Oro: basada en la escultura del Renacimiento y el Barroco y en el tratamiento de madera policromada, muestra retablos, sepulcros, pasos procesionales… Y entre los autores destacan Felipe Bigarny, Alonso Berruguete, Juan de Juni, Gregorio Fernández, Pedro de Mena, Alonso Cano o Luisa Roldán.

· Reproducciones artísticas: esta colección suma unas 3000 piezas, la mayoría en yeso, pero también en bronces, terracotas, galvanoplastias o acuarelas. Las copias están basadas en piezas de los imperios orientales, la Antigüedad Clásica, Renacimiento, Barroco e, incluso, conjuntos arquitectónicos de diferentes periodos.

· Pintura: obras de maestros como Jorge Inglés, Pedro Berruguete, Antonio Moro, Brueghel de Velours, Pieter Paul Rubens, Francisco de Zurbarán o Luis Meléndez, acompañan a una pequeña colección de dibujos.

· Patrimonio documental: en esta zona se guardan una gran cantidad de documentos escritos y gráficos y fotografías histórica, lo que facilita conocer la historia del museo y sus colecciones.

La finalidad del Museo Nacional de Escultura es que todo el mundo conozca y disfrute de las esculturas. Si se visita en familia, el Museo pone a disposición de los más pequeños una audioguía infantil, una aplicación para todos los públicos, donde muestran diferentes recorridos, adaptándose a las necesidades de personas con diversidad funcional visual o auditiva. También se puede descargar un divertido juego de pistas, que podrás imprimir en casa y resolver en el propio museo.

Agradecimiento audiovisual: Fede Montornes; El diario de Valladolid; Info Valladolid; Moon Magazine.