El Puente Nuevo de Ronda, es el monumento más emblemático de la localidad, construido entre 1751 y 1793, que une la zona histórica y moderna de la ciudad, salvando el Tajo de Ronda, una garganta de más de 100 metros de profundidad, por la que pasa el río Guadelvín … Si bien es cierto, este no fue el primer puente que unió ambas zonas … razón por la que se llama “Puente nuevo”.

Bajo el reinado de Felipe V, en 1735 se construyó el primer puente. Este puente inicial disponía de un único arco de 35 metros que iba de lado a lado, lo cual suponía todo un osado reto para esa época, pues exceptuando contados puentes de origen romano, no existían precedentes semejantes.

El problema es que con la caída del imperio romano se perdió buena parte del conocimiento de la ejecución de proyectos similares, y los puentes posteriores se fueron realizando mediante ensayo y error … como tantas otras cosas; pero en esta ocasión el error costó muy caro, pues tan sólo 6 años más tarde acabó derrumbándose y con la vida de 50 personas.

Por ello este segundo puente tiene este aspecto macizo, en buena parte justificado, para evitar un nuevo desastre como el que acababa de pasar unos 16 años antes. En 1951 comenzó el proyecto del Puente Nuevo, prescindiendo del arco único de su predecesor y optando por la seguridad, arcos más pequeños con los que ya estaban más familiarizados los arquitectos y constructores españoles.

El arquitecto que finalizó el proyecto, en 1793, fue José Martín de Aldehuela, y todo sea dicho, fue un gran acierto, pues estaba especializado en trabajos de magnitudes similares, como por ejemplo el Acueducto de San Telmo, de 11 kilómetros de longitud, el cual hoy día es Patrimonio Hidráulico y sigue transportando agua hasta Málaga.

Básicamente, Aldehuela lo que hizo fue apoyar el arco en el fondo del Tajo de Ronda, en el mismo cauce, y levantar las sujeciones del puente 100 metros … una idea que en ese momento parecía un disparate, debido a que el resto de puentes lo que pretendían era, precisamente, reducir lo máximo posible la resistencia del cauce de los ríos, para evitar problemas de potenciales derrumbes con las peligrosas crecidas, por la fuerza del agua y materiales que arrastran.

Aun así, Aldehuela levantó el macizo puente, preparado para soportar la fuerza del Guadelvín, y usando con gran acierto la propia piedra de la garganta, fundiendo así el puente con el propio Tajo de Ronda, mimetizándolo tanto en el entorno que cuesta identificar donde empieza uno y donde acaba otro, salvo por los 15 metros de diámetros del arco central, integrándose perfectamente en la garganta como una parte más de la misma, formando una perfecta combinación natural entre ambos.

Como dato de referencia para poder contemplar y entender mejor la majestuosidad de este monumento, cada uno de los muros que se levantan desde el cauce y que hacen de fijación y soporte del puente, tiene la misma envergadura que la Giralda de Sevilla.

Sobre el arco central del puente se observa una estancia, esta fue inicialmente una prisión, y posteriormente un mesón. Hoy día es un centro de interpretación, donde el visitante puede familiarizarse más con la ciudad de Ronda, el puente y la historia de que en ellos acontece.