Fueron descubiertas accidentalmente durante el año 1963 cuando un grupo de chicos merodeaba por el Cerro de Romperropas (o el Cerro del Águila) se sorprendieron al observar que salía vapor del agujero. El vapor de agua fue producido por la diferencia de temperaturas en el interior, a unos 17 ºC y el frío del exterior. Después de adentrarse en la cueva los chicos estuvieron perdidos durante cinco horas hasta que encontraron el agujero por el que habían entrado.

La cueva consiste en una cavidad kárstica formada mediante procesos geológicos milenarios, tales como filtraciones de agua de lluvia y corrientes subterráneas. La cueva dejó de funcionar como conducción subterránea y desde entonces mediante un proceso lento de filtración aguas superficiales cargadas de CO₂ que disuelven la roca generando estalactitas y estalagmitas, gours y coladas entre otras formaciones.

La cueva fue formada hace miles de años, cuando en algún momento el suelo cedió algunos centímetros, lo que ocasionó una rotura de numerosas columnas, muchas de las cuales presentan una separación entre dos trozos de las columnas.

Remontándonos a más de 500 millones de años atrás se formaron las cuevas. En aquella época, el agua subterránea de los ríos Arenas y Avellana formaron varias cavidades en el subsuelo que, al ensancharse, colapsaron la roca, lo cual dio lugar a las actuales Cuevas del Águila.

La visita a las cuevas es un descubrimiento de un mundo oculto bajo la superficie terrestre. Las cuevas están formadas por la roca caliza escondida bajo los bosques de encinas que se sitúan en el cerro. La visita a las cuevas trata de un paseo a pie por las distintas cavidades dirigido por un vigilante/guía que aporta información sobre el descubrimiento, la formación y la singularidad de esta sorprendente cueva.

Las cuevas están abiertas al público durante todos los días del año, siendo un recorrido de 1000 metros de una duración aproximada de 40 minutos. La entrada cuesta 8 € por persona, se puede comprar tanto en línea como en la taquilla en el mismo lugar, pero resulta gratuita para menores de 5 años.

No obstante, las cuevas, si bien las más llamativas, no son la única atracción turística del lugar. Las cuevas están situadas en el Valle del Tiétar no muy lejos de ciudades como Toledo (a 128 km), Segovia (a 145 km) o Madrid (a 164 km). La zona también destaca por algunos platos típicos de la región, como las patatas revolconas o el chuletón de Ávila. Sin embargo, de sitios que visitar, también se encuentran las Arenas de San Pedro, las Sierra de Gredos o la misma ciudad de Ávila.

¡Una gran experiencia para vivirla en persona!Agradecimiento audiovisual: Cuevas del Águila; Rutas por Guadarrama; Los Viajes de Wirky; Terranostrum