La semana que rodea el 23 de abril, día de San Jordi, se celebra en Montblanc la Semana Medieval. Una fiesta que un grupo de jóvenes quiso organizar cada año para, no solo poner a Montblanc en el mapa, también para mostrar la historia que tras sus muros se esconde.

San Jordi o San Jorge, es patrón de muchas ciudades por todo el mundo, puesto que se le considera protector de soldados, caballeros, templarios y cruzados, gracias a una leyenda. Aunque este personaje nació en Turquía, en el siglo III, la tradición catalana cuenta que la leyenda se desarrolló ante las murallas de Montblanc, aunque otros muchos la sitúan en Silca (lo que hoy en día es Libia). La cuestión es que los habitantes estaban atemorizados por los ataques de un dragón que destruía la ciudad sin miramientos. Cada día, un ciudadano era sacrificado y entregado a la bestia para tenerlo contento. Pero llegó el turno de la hija del rey. Cuando esta se dirigía a entregarse a su fatal destino, un joven montado a caballo se interpuso entre el dragón y su presa y clavándole una lanza en el pecho, acabó con la vida del temible dragón. Cuentan que de la sangre derramada por el animal surgió un rosal que el joven caballero entregó a la princesa. El caballero se llamaba Jorge.

Años más tarde, durante la famosa Gran Persecución, considerada la persecución cristiana más sangrienta que se conoce, Diocleciano obliga a Jorge a renunciar a su fe y convertirse. Pero el joven caballero era fiel a sus creencias y se negó, lo que provocó su martirio y posterior ejecución el 23 de abril. Así fue como se convirtió en santo y fue venerado en todas partes alrededor del mundo.

La localidad de Montblanc hace partícipe a todo el que se acerque de esta leyenda, representándola, al menos dos veces, con las murallas de fondo. Unas murallas de la época de la Edad Media, cuya longitud es de casi 2 kilómetros y que se puede recorrer tanto a pie de calle como a través de El Paso de Ronda, que va de torre en torre. Este monumento fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1949.

Cada año, los protagonistas son escogidos entre los vecinos: San Jordi, la princesa, el rey, la reina y cuatro casas nobiliarias. Tras el pregón, la entrega de la rosa a la princesa también es representada para todos los vecinos y curiosos. Las cuatros casas nobles bailan alrededor de la escena de amor entre Jorge y la princesa.

Famosa es también la Dracum Nocte, o noche de los dragones, en la que más de 100 actores dan vida a la historia de la metamorfosis del Dragón de los Cuatro Elementos.

Otro de los actos que se realizan durante la semana medieval de Montblanc es el Mercado Medieval, en el que unos 130 puestos se distribuyen a lo largo del casco histórico de la ciudad para vender productos exclusivamente artesanos, provenientes de toda la geografía española. Es de lo más esperado y popular de esta fiesta. También se organiza el Mercado de Vinos de la DO Conca de Barberà, donde se ofrece degustar los vinos elaborados en la comarca.

Además de todas estas representaciones, los actores mostrarán cómo era el día a día de los habitantes de la ciudad durante el Medievo, y recrearán las famosas justas, torneos y luchas por las calles de Montblanc.

Para los niños siempre hay actividades súper entretenidas como, por ejemplo, la Escuela Caballeresca, en la que los más pequeños podrán participar en talleres de escudos, espadas, cascos, flechas. Aprenderán a tirar con arco o darán un paseo a lomos de un caballo.

La Semana Medieval de Montablanc, tiene entre sus actividades, una curiosa carrera de caballos, sin silla de montar, denominada Truma Medieval.

Muchos son las actividades que la Semana Medieval de Montblanc nos muestra durante sus 10 días grandes, cuya tradición nos transportará a una época de caballeros valientes, princesas de gran belleza y feroces dragones.

Si finalmente te animas, recuerda que no solo verás a todo un pueblo entregado a las fiestas. Serás uno más en un lugar donde absolutamente todo, incluida la comida, traspasará la línea del tiempo y, hasta la comida, será cocinada como en la época.