Fotografías de Puente de Rojadillo
Tipo de lugar de interés: Ruta senderista
Descripción
Se encuentra escondido entre las profundidades del frondoso bosque y sobre el rumor del río Camesa. Este puente de fábula es de origen romano y cuenta con un único ojo de 9 metros de diámetro, pero debido al paso del tiempo se encuentra en un estado de deterioro. Sobre él pasa una antigua calzada romana que unía Herrera de Pisuerga (Pisoraca) con Cantabria.
Se sitúa en una ruta de en total (ida y vuelta) de 5,86 km y es de una dificultad baja. La calzada romana está en la pista forestal que bordea la falda del bosque hacia el norte. Este tranquilo y sencillo de robledales y hayedos que conducen hacia el puente, desde el que se puede descender el río y/o disfrutar de la naturaleza de la Montaña Palentina.
El puente de Rojadillo, una de las pequeñas joyas olvidadas de la historia, se puede llegar por dos caminos: desde Valberzoso (con límite con Cantabria), donde además se encuentran restos de la Calzada Romana de los Blendios, o partiendo desde Pisoraca (llegaba hasta la costa cántabra en Portus Blendium o Suances). El camino es considerado un espléndido jardín botánico durante la primavera y un pequeño paraíso durante el otoño.
Entre dos espectaculares bosques (el monte Aguilar y el de Salcedillo) se encuentra un pueblecito con una iglesia romana que contiene pinturas del siglo XV de lo más originales. Se encuentra a dos kilómetros del puente. Además de roble y hayas, también abundan avellanos, serbales y acebos con sus frutos rojos, de los que se alimenta el zorro y algunas escasas parejas de urogallos de la Cornisa Cantábrica, también ha sido avistado el oso pardo por la zona.
La localidad tiene un maravilloso paisaje del que disfrutar. En lo alto del collado, a mitad de camino entre Barruelo y Valberzoso, mirando hacia el Oeste, se pueden ver los montes de la comarca de Cervera y Guardo: Curavacas y Espigüete. Hacia el sur dominaba todo el valle de las pedanías de Aguilar, con las Tuerces y el pantano al fondo. Hacia el Este, la comarca de Valdeolea en Mataporquera y al fondo las montañas del puerto del Escudo y el valle del Ebro, en su límite con Burgos.
Siguiendo un sendero, poco marcado, remontamos el curso del recién nacido río Camesa. Durante la ruta podemos observar y escuchar aves forestales como el trepador azul, el reyezuelo sencillo o el agateador común.
Un lugar de espléndidas vistas y de gran contacto con la naturaleza y el pasado. Es una lástima que este puente se encuentre en su actual estado, pero podemos todavía disfrutar de su esplendor y recordar el paso de los romanos por la zona.
Características
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