Descripción
Enclavada en pleno corazón del conocido Valle del Jerte. El Sotillo es una finca dedicada a la producción de Cerezas, producto del Valle por excelencia.Circulando por la N-110 la población más cercana es Navaconcejo, a tres kilómetros y también a tan solo veintitrés kilómetros de Plasencia "la perla del Valle".La casa ofrece tranquilidad e intimidad a sus huéspedes, además de una integración total en el entorno natural. Rodeada de gargantas, cerezos y pueblos típicos. Dando la oportunidad de visitar un entorno y realizar marchas a pie, bicicleta, parapente, pesca, etc.ALOJAMIENTOSLa Casa Rural "Finca el Sotillo" cuenta con dos alojamientos disponibles a alquilar individual o conjuntamente. Casa y apartamento, todo ello adaptado completamente para minusválidos.
Dotada de calefacción, una gran piscina adaptada para minusválidos con grúa, un gran porche, barbacoa con leña y carbón, parque infantil, aparcamiento. Todo ello dentro de una finca de dos hectáreas con cerezos y por donde concurre una garganta.Se permiten animales, siempre que estos tengan seguro o los dueños se hagan responsables de los daños que puedan ocasionar.
- La casa está dotada de:
Dos Dormitorios, con dos camas y baño cada uno.
También se dispone de dos camas auxiliares, una cama auxiliar pequeña y una cuna de bebé.
Cocina-salón, de grandes dimensiones con chimenea, televisión y vistas a la Sierra de Gredos.- El apartamento está dotado de:
Un dormitorio con baño.
Cocina-salón.ENTORNOEl Valle del Jerte parte de las estribaciones de Gredos, cuyo macizo se prolonga hasta la sierra de Tornavacas, Tormantos y San Bernabé, que lo separa de la comarca de la Vera, y en su parte occidental, los montes de Traslasierra, que sirve de límite con el valle del Ambroz.La condición montañosa de esta comarca influye, de forma notable, en el desarrollo de las diversas comunidades, existiendo diferentes microclimas en función de la situación de éstas.El rio Jerte, nexo de unión de toda la zona, alimenta su cauce con las cristalinas aguas de múltiples gargantas y arroyos. El paso de los siglos ha destinado para cada uno de ellos un entorno natural diferente, donde se mezclan abruptas cascadas, remansos horadados en la roca con retirados e insólitos parajes que aguardan que el andante descubra su singular belleza.Más allá del tupido verde que en montes semejantes nos ofrece la Naturaleza, el visitante podrá recrear la vista con una amplia gama de tonos que se distribuyen, de forma arbitraria, por los distintos rincones que componen el paisaje. Merece especial mención el contraste que podemos encontrar en época otoñal. Su contemplación nos transporta a lugares encantados propios de los cuentos.Entrando la Semana Santa, el Valle del Jerte se viste de blanco, la flor de la cereza cubre la ladera de las montañas y el paisaje gris del invierno da paso al luminoso resplandor de la primavera. Pocas veces, los ojos del viajero han podido contemplar semejante "Espectáculo", que disfrutarán en primera fila los visitantes ya que la finca está sembrada de cerezos.
En lo más alto de sus montañas los pináculos de rocas se transforman en magníficos miradores, desde donde deleitarse con vistas infinitas.